Co(s)tas al humor

Co(s)tas al humor. Entrevista a Carlos Meca - 7 Islands Magazine

Entrevista a Carlos Meca

Agitador (Rae): el que agita; Persona que excita los ánimos para propugnar determinados cambios políticos y sociales.

El humor y la risa nos definen, incluso antes de ser conscientes de nuestra condición de seres habitantes del planeta. Cuando todavía no sabíamos decir ni una palabra, ya nos reíamos. En ese primer momento, en el que reímos desdentados, nos convertimos en seres sociales. Según los psicólogos, el humor y la risa son funciones socioemocionales que han permitido la supervivencia de la especie y además causan bienestar —¡cómo para tomárselo en broma!—. Sin embargo, pese a tan placenteras consecuencias y, quizás por valorar lo uno u lo otro,  nos encontramos últimamente que los ajos son más picantes para el que ayuna. O es que quizás hemos vuelto al siglo XVIII, cuando la racionalización del trabajo impedía la broma o la risa porque: !el tiempo es oro! El caso que aquí nos ocupa es el de un señor, llamado Agitador (véase arriba), que tiene una publicación satírica sobre los casos que a él le parecen flagrantes en  su comunidad, en este caso Lanzarote —hace pocos meses ocurrió algo similiar con el ajo en Fuerteventura—, y decidió retratar al supuesto causante de su pesar con una caricatura. (A) construye casas sobre suelo protegido. El gobierno de la región (B) paraliza las obras y ordena derribar una parte de las mismas por invandir suelo rústico. (C), con cargo en órgano dependiente del gobierno nacional, tiene casa allí. (D) lo considera humorístico y publica una caricatura. (C) denuncia por falta de humor, es decir, por injurias. (D) tiene que pagar multa e indemnización.

Carlos Meca, director de elagitador.com
Carlos Meca, director de elagitador.com

Han sido condenados con una multa de 35.000 euros por publicar una caricatura. ¿Cuál fue el delito?

Hemos sido condenados en dos ocasiones. La primera vez por un delito de calumnias, ya que los jueces entendieron que habíamos acusado al fiscal Pallarés de ser responsable de no perseguir delitos, por la que tuvimos que pagar 23.000 euros. La segunda, fuimos condenados a pagar una indemnización de 3.000 euros porque según los jueces vulneramos el derecho a la imagen del fiscal al poner su cara en el cuerpo del humorista Chiquito de la Calzada. Tratándose de una página web como elagitador.com, de escaso alcance y ámbito exclusivamente local, ambas condenas nos parecen absolutamente desproporcionadas.

¿Nos puede poner en antecedentes sobre el caso?

En Arrecife hay una urbanización de 53 chalés en la zona conocida como La Bufona. Los promotores construyeron 23 casas de más, ocuparon suelo que no era suyo y se saltaron la orden de paralización de las obras. Una parte de 14 de esos chalés se asienta sobre suelo rústico protegido y cuenta con orden de derribo dictada por el Gobierno de Canarias. Las casas debían tener 96 metros cuadrados, según los contratos de compraventa, pero tienen más de 200. Uno de esos propietarios es Miguel Pallarés, ex fiscal coordinador de Arrecife que hoy ejerce en Las Palmas de Gran Canaria y sobrino político del ex secretario municipal que firmó las licencias, Felipe Fernández Camero, que estuvo imputado en esta misma causa y que lo sigue estando en el mayor caso de corrupción de la Isla, la operación Unión. Así que lo hicimos en ambos casos fue denunciar a través de dos viñetas el hecho, escandaloso en nuestra opinión, de que un fiscal, cuyo trabajo se supone que es velar por el cumplimiento de la legalidad, tenga una casa ilegal con orden de derribo.

Ustedes intentan denunciar casos de corrupción que, la mayor parte de las veces, son vox populi. ¿Dónde creen que está el «error», en denunciar esos casos o en el uso del humor?

Más que un error, lo que tuvimos fue la osadía de señalar a un fiscal, y de hacerlo utilizando el humor. Efectivamente, no fuimos los primeros que denunciamos y señalamos las contradicciones de la labor del fiscal Pallarés, ya que otros lo hicieron antes que nosotros a través de artículos de opinión, pero a veces la sátira parece tener mucha más fuerza que cualquier artículo. Hemos hecho cientos de viñetas mucho más duras contra empresarios, políticos y periodistas, pero solo cuando criticamos la labor y la situación del fiscal, un empleado de la Justicia, es cuando hemos tenido problemas con la Justicia.

Nosotros nos hemos enterado por un medio nacional, ¿qué repercusión está teniendo en las islas y qué apoyo están recibiendo?

En las islas el asunto ha tenido mucho seguimiento, entendemos que por la paradoja de que quienes denunciamos la corrupción seamos los únicos, de momento, que hemos tenido que pagar por ello, mientras que los propietarios de esas viviendas con orden de derribo aún no han movido una piedra. Y en segundo lugar, creemos que estamos ante un caso grave que genera mucha alarma social. Nadie entiende cómo es posible que un fiscal en activo pueda tener una casa ilegal y no pase nada, o peor aún, que a quienes se condene sea a aquellos que lo denuncian.

Han puesto en marcha una campaña en defensa de la libertad de expresión (https://yotambiensoyelagitador), ¿cómo ha sido su acogida?

Esta campaña la pusimos en marcha hace unos años, cuando a dos de los compañeros que formaban parte de la web comenzaron a embargarles las nóminas cada mes para pagar la primera multa. Tuvo una buena acogida en su momento y fue de gran ayuda para poder pagar aquellos 23.000 euros. En esta ocasión, aunque no hemos activado de nuevo la campaña, ya hemos recibido muchas muestras de apoyo y alguna que otra donación.

En el reciente caso de la publicación de El Jueves sobre Fuerteventura, los medios nacionales y locales se hicieron eco de un supuesto insulto a la isla de Fuerteventura. ¿Qué diferencia hay con su caso?

No tienen nada que ver, ciertamente. El Jueves, en esta ocasión, se burlaba del determinadas características de los habitantes de Fuerteventura. Nosotros tratamos de denunciar a través del humor, como también hace El Jueves con buena parte de sus contenidos, la corrupción insular, en el marco de un proyecto de concienciación social para alcanzar mayores cotas de democracia y de justicia en nuestra isla y en nuestro país.

¿Se puede interpretar la sentencia como un «insulto» a la libertad de expresión?

Más que como un insulto, lo interpretamos como un ataque a la libertad de expresión. Es difícil de entender que por el simple hecho de poner la cara de un fiscal en el cuerpo de un humorista, construyendo una imagen, a nuestro juicio, mordaz pero en ningún caso humillante ni desagradable, un juez pueda condenarnos a pagar 3.000 euros, sin atender a las consideraciones que expusimos en nuestra defensa, esto es, que para una web de humor satírico, el hecho de que un fiscal tenga una casa ilegal, además de un escándalo social de primera magnitud, para nosotros es también un material 100% parodiable. Pero mucho nos tenemos que, en este caso, los jueces han primado el corporativismo frente a la libertad de expresión.

El humor siempre ha sido una gran herramienta de denuncia y últimamente está siendo muy atacada.

Así es. El poeta Charles Simic dice que el humor es el mejor recurso que tenemos para señalar “la dimensión ridícula de la autoridad”. El poder tolera con mucha dificultad la crítica humorística, quizá consciente de que es una fórmula de denuncia que cala fácilmente en la gente. El poder necesita revestirse de una apariencia de seriedad para ser respetado y temido, de forma que aceptemos sin rechistar sus recortes y sus abusos, y el humor es una manera rápida y efectiva de romper esa imagen de respetabilidad. Quizá eso explique por qué el humor sigue siendo tan perseguido.

¿Nos hacen falta en Canarias más medios con humor o más sentido del humor?

Claro que sí. Ojalá hubiera un Mongolia o un Jueves en cada barrio, en cada pueblo, en cada municipio. Nosotros intentamos señalar la corrupción y el mal gobierno, con todo lo que le rodea a nivel empresarial y mediático, a escala insular, porque Lanzarote es una isla abarcable en ese sentido, pero lo ideal sería que aún a más pequeña escala se hiciera humor crítico, porque nuestra experiencia nos demuestra que tiene su influencia para contrarrestar la habitual manipulación informativa de la mayoría de medios de comunicación. Además, muchas veces el escenario que nos dibujan los medios convencionales incitan a la desidia, el cansancio y el pesimismo de la gente. A nosotros nos gusta pensar que contribuimos a que la gente esté informada sin perder por ello la sonrisa y las ganas de cambiar las cosas.

¿Cómo se plantean su trabajo a partir de ahora? ¿Tendrán que rebajar el nivel crítica, de sátira, en lo que publican para no arruinarse?

Rebajarlo no. Lo que sí vemos necesario es modularlo con determinados personajes o instituciones para no pasar apuros económicos, pero tampoco supone reducir la crítica, sino aguzar el ingenio, como hubo que hacer en otras épocas, para decir lo mismo sin riesgo de pasar por los juzgados. En cualquier caso, en estos diez años que ahora cumple El Agitador hemos pasado por varias fases, alguna más contundente que otra. Hemos aprendido que, muchas veces, expresiones con exceso de carga e imágenes “impactantes” no siempre son las más efectivas para hacer llegar a la gente las denuncias que queremos, así que de alguna manera nosotros mismos hemos ido regulando el tono hasta encontrar uno en el que nos encontramos realmente cómodos.

El Agitador ha recibido algunas críticas por la pérdida de su anonimato, ahora es Carlos Meca, una persona pública y política, que, según algún medio, ha perdido su neutralidad en su sátira humorística. ¿Qué tienes que decir al respecto?

El Agitador nació en 2006 y la primera denuncia del fiscal, que salió en todos los medios locales nombrándome como editor de la web, tuvo lugar en 2008. Además, en 2006, y durante unos meses, El Agitador se editó en formato papel, y mi nombre, junto con el de otros compañeros, aparecía en la revista. Por tanto, la acusación de que nos escudábamos en el anonimato fue siempre la única excusa que encontraron para atacarnos, porque en realidad nunca fuimos anónimos. Respecto a la pérdida de neutralidad, lo cierto es que nunca fuimos neutrales, y de hecho no tengo muy claro qué significa eso de ser «neutral». Si se refieren a criticar por igual, desde luego que no lo somos, porque no vamos a criticar por igual a quienes no son iguales, y ningún partido ni empresario ni medio de comunicación es igual a otro. Parece que hay quienes piensan que, por editar una web satírica de contenido esencialmente político, tendríamos que criticar por igual al PP que al PSOE que a Podemos, pero eso poco tiene que ver con ser neutral o con ser ecuánime, y quizá tiene mucho que ver con esa idea falsa e interesada de que todos los partidos son iguales. Criticamos en función del nivel de responsabilidad que, según nuestro criterio, tiene cada cual para producir la triste situación socio-política que sufrimos. Pero en definitiva, lo que muchos no perdonan es lo fresco, crudo y certero de la mayoría de contenidos que publicamos.

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