Domingo Alemán Pérez - 62 - Herrero, forjador y cerrajero - 7iM

Domingo Alemán Pérez – 62 – Herrero, forjador y cerrajero

«Mi abuelo era herrero y yo de pequeño iba a escuchar todas las historias que contaba mientras trabajaba, eso iba creando en mí una admiración y una ilusión por la herrería. Darle forma al hierro y ver cómo lo transformaba en un objeto me encantaba.
Por circunstancias de la vida no me pude dedicar a ello, sabía que la profesión no daba mucho dinero y me dediqué a otras cosas, tenía una familia que mantener y con 22 años me metí en el mundo de las telecomunicaciones. Era técnico en teletipos, soy de la época siguiente al morse, ¡fíjate si soy viejo! (risas).
Después trabajé en Aguas de Teror, donde estuve seis años. Cuando mis hijos ya estaban criados y tenía la vida más o menos solucionada, empecé a dedicarme a lo que más me gustaba.
Toda la vida lo tuve como un hobby y ya llevo 15 años dedicándome profesionalmente a esto.
En mi trabajo es importante hacer objetos con hierro, pero también venderlos. Por ejemplo, el juego de los clavos cambaos* lo vendo muchísimo. Son dos clavos entrelazados y hay que separarlos. Yo hago una demostración y luego la gente lo intenta, lo normal es que no lo consigan a la primera y eso los seduce y hace que quieran comprarlo. Para vender el juego hay que dejarse la garganta y dedicarle mucho tiempo, de eso vivo yo, de vender clavos cambaos, que por otra parte tiene su mérito porque lo normal es tirar el clavo cuando se camba (risas).
El encargo más complicado es el que me van a hacer mañana, para mí es todo un reto: si tú eres capaz de imaginarlo, yo soy capaz de hacerlo. En una ocasión hice la cinta de Moebius**. Es una cinta que no tiene ni principio ni fin, es el símbolo del infinito. Se puede describir pero no se puede hacer y yo, haciendo una pequeña trampa, la hice en la forja y el efecto visual fue el mismo. Cada día que se presenta es un nuevo reto.
El hacerse viejo reconociéndolo y asumiéndolo es importante, lo bonito de la vida es que se termina, si no tuviera fin no tendríamos ilusión por vivirla.
Firmé un contrato para llegar a los 100 años trabajando con la misma vitalidad, con mis limitaciones pero con vitalidad.
En resumen, soy raro, muy raro (risas)».

* cambao = torcido
**La banda o cinta de Moebius es una superficie con una sola cara y un solo borde. Tiene la propiedad matemática de ser un objeto no orientable

Artículo que forma parte del proyecto Islanders, cortesía de Rubén Grimón

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  • Mostrar comentarios (1)

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    jon

    Gracias por darnos a conocer a esta persona.
    Preciosa fotografía.

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