Edición de Nicolás Melini
La poeta colombiana Piedad Bonnett (Amalfi, Antioquia, 1951) visita en estos días Madrid, donde, el sábado 29, ofrecerá un recital en el marco del festival Poemad, que se celebra en el Centro Conde Duque, una ocasión que nos ha parecido propicia para presentarles a la poeta y hacerlo en esta nueva sección quincenal de 7 Islands Magazine.
Piedad Bonnett es autora de ocho libros de poemas: De círculo y ceniza, (1989 y 1995), Nadie en Casa (1994), El hilo de los días (1995), Ese animal triste (1996), Todos los amantes son guerreros (1997), Tretas del débil (2004), Las Herencias (2008) y Explicaciones no pedidas (2011). Su antología Lo demás es silencio fue publicada en España por Hiperión en 2003.
POEMAS
BIOGRAFÍA DE UN HOMBRE CON MIEDO
Mi padre tuvo pronto miedo de haber nacido.
Pero pronto también
le recordaron los deberes de un hombre
y le enseñaron
a rezar, a ahorrar, a trabajar.
Así que pronto fue mi padre un hombre bueno.
(“Un hombre de verdad”, diría mi abuelo).
No obstante
−como un perro que gime, embozalado
y amarrado a su estaca− el miedo persistía
en el lugar más hondo de mi padre.
De mi padre,
que de niño tuvo los ojos tristes y de viejo
una manos tan graves y tan limpias
como el silencio de las madrugadas.
Y siempre, siempre, un aire de hombre solo.
De tal modo que cuando yo nací me dio mi padre
todo lo que su corazón desorientado
sabía dar. Y entre ello se contaba
el regalo amoroso de su miedo.
Como un hombre de bien mi padre trabajó cada
[mañana,
sorteó cada noche y cuando pudo
se compró a cuotas la pequeña muerte
que siempre deseó.
La fue pagando rigurosamente,
sin sobresalto alguno, año tras año,
como un hombre de bien, el bueno de mi padre.
LA VENADITA
A Frida Kahlo, quien pintó este cuadro en 1946.
De pura lástima y puro amor yo te regalaría mi cuerpo, venadita.
¡Yo, que envidio el relámpago nocturno de tus cejas,
tus manos con anillos,
la voz india,
y tu cuello altanero de mestiza!
A ti que te dio Dios todo a montones, incluido el dolor
y ante todo el dolor
yo te daría,
si fuera Dios, un cofre con huesitos
de plata mexicana
y un pie de oro. Y limpiaría, con mi mano eterna
las llagas de tu alma, venadita.
Te pediría a cambio todo el amor que te sobró en el cuerpo
y un retrato vibrante de colores.
«Piedad capta los síntomas de la debilidad, de la timidez, de la maldad, de la agresividad, con datos seguros, bien señalados, y con la perspicacia de una mirada muy inteligente».
Héctor Abad
FIN DE SEMANA EN FAMILIA
En el comedor del balneario toman su almuerzo las pálidas familias
todavía los cuerpos ablandados de sales las cabezas peinadas
y los abuelos lucen las camisas baratas que han comprado sus yernos
y la muchacha fronteriza sonríe bobamente mientras la madre suda y le da con paciencia la sopa a cucharadas.
En el comedor del balneario los meseros atienden a sus clientes
con un silencio eficiente y desdeñoso
y los padres revisan los platos de los niños hasta ver que no hay nada.
Hablan de tanto en tanto sobre lo placentero del lugar
mastican lentamente su comida
y miran su domingo que afuera languidece
satisfechos de sí de su alegría.
«Para otros es el cielo es una novela de delicada tensión conceptual. Como si la carne y las ideas no tuviesen más horizonte que una lucha infinita».
Ernesto Ayala-Dip
POR EL CAMPUS
Hace ya muchos días –me digo
mientras recorro las cinco cuadras de cada mañana–
que el hombre aquel de rostro hepático y lengua maldiciente
no ocupa ya su esquina. Habrá muerto tal vez.
Mientras tanto, han levantado este edificio rosa
aséptico y atroz. Y la mendiga de los siete perros,
la vieja bruja
que se alzaba la falda
y mostraba su pubis macilento
tampoco ha vuelto. Ni el abuelito aquel de las manzanas.
Todo esto pienso
mientras camino entre mis estudiantes
de caras siempre nuevas,
sintiendo, extrañamente, con leve escalofrío,
que unos ojos secretos desde siempre me miran.
ROSAS
Con el estiércol que arrojan a mi patio
abono yo mis rosas.
Aéreas en sus tallos, de la luz se alimentan
aunque lleven la muerte dormida en sus corolas.
Y su belleza, inútil como toda belleza,
sus espinas inocuas, hacen cerco
al corazón, guerrean
con la bestia que acecha en la tiniebla.
Antologías en México e Italia
En 2008 aparece Los privilegios del olvido, antología de Fondo de Cultura económica prologada por José Watanabe, y en 2012 Fuoco fatuo, antología de poemas en italiano publicada por la editorial Forme libere de Trento, con traducción de Luca Baú.
Novelista
Piedad Bonnett es autora de cuatro novelas: Después de todo (2001); Para otros es el cielo (2004); Siempre fue invierno (2007); y El prestigio de la belleza (2010), y de unas memorias sobre la muerte de su hijo, Lo que no tiene nombre (2013), obras todas ellas publicadas por la editorial Alfaguara.
Autora teatral y traductora
Ha escrito cinco obras de teatro, Gato por liebre, Que muerde el aire afuera, Sanseacabó, Se arrienda pieza, y Algún día nos iremos, montadas por el Teatro Libre bajo la dirección de Ricardo Camacho. Este grupo utilizó también su versión en verso de Noche de epifanía de Shakespeare para uno de sus montajes. Una traducción suya de la misma obra hace parte de la Colección “Shakespeare por escritores” de Editorial Norma (1999-2.000). Poemas suyos han sido traducidos al francés, al inglés, al italiano, al griego, al portugués y al sueco.
Reconocimientos
Con El hilo de los días Piedad Bonnett ganó el Premio Nacional de Poesía otorgado por el Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, en 1994, en 2011; con Explicaciones no pedidas, ganó el premio Casa de América de poesía americana de Madrid y el José Lezama Lima de Casa de las Américas 2014, y en Aguascalientes, México, el Premio Poetas del Mundo Latino 2012, por el aporte de su poesía a la lengua castellana.
Piedad Bonnett es licenciada en Filosofía y Letras de la Universidad de los Andes y tiene una maestría en Teoría del Arte y la Arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia.
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