Cataluña, Independencia de Cataluña, Referéndum1-O, Nicolás Melini

Las cosas se consiguen cuando ya no se desean

Cuando se acumulan generaciones que no han sufrido de verdad, que no han pasado hambre, se empieza a jugar con las cosas de comer, porque es morboso y divertido.

Elvira Roca Barea

 

Encuentro útil, los días en los que se produce un pico informativo con la consiguiente algarada periodística, facebookera y twittera, ir anotando lo que voy reflexionando al hilo de las informaciones que me llegan. Una recopilación, edición y puesta en orden unos días después, a veces, puede arrojar una visión progresiva de lo sucedido y también de lo que he ido pensando y sintiendo, pues no puede ser sino una visión de crónica emocional y subjetiva —como en este caso de las semanas en torno al 1 de octubre de 2017 en las que, aparentemente, ha cambiado el ritmo de la historia en este país, España—. Me parece de interés que, al escribir en Facebook directamente, para un público lector que es inmediato (a diferencia de cómo era en los diarios clásicos), la distancia con la actualidad es mínima. No es como cuando Pavese decía en su diario El oficio de vivir que “Las cosas se consiguen cuando ya no se desean”, aquí no hay distancia entre la escritura y la publicación, ni siquiera entre la escritura y la lectura por parte de otro, y esta es una carencia (la ausencia de distancia que lo hace todo tan directo y falto de poesía) que hoy nos caracteriza y que define esta escritura.

Paso: Detenciones y registros en el Gobierno catalán

20 de septiembre de 2017

         Quiero recordar una cosa: en ningún caso, de llegar a celebrarse el 1-0, sucedería nada parecido a la independencia de Cataluña.

         Puigdemont y Junqueras provocan y el Gobierno sobreactúa.

         Ahora Junqueras dice que están «atacando a las instituciones de este país y por lo tanto a su gente».

         No es así. Antes se envolvía en la bandera y ahora pretende envolverse en «la gente». La guerra es entre élites y, en el caso de la catalana, se trata de un chantaje para que célebres corruptos suyos no paguen.

         Rajoy da una respuesta desproporcionada porque se está debilitando por la derecha, entre los suyos, que están histéricos.

         Por ello no me parece sensato salir a la calle contra Rajoy. No me parece buena idea que la izquierda lo haga. Significa sumar desproporción. Algunos partidos de izquierdas tendrán qué ganar (desgaste del Gobierno, votos en futuras elecciones) manifestándose contra las detenciones de hoy, pero no me parece que su interés sea el general. En esta coyuntura Rajoy no es «el malo», sino que los aplaca, especialmente a los suyos.

         Si por esto desgastamos a Rajoy, podemos acabar encontrándonos emboscados entre lo peor del país. Creo.

21 de septiembre de 2017

         Ha querido el destino (fíjense ustedes cómo son las cosas) que hoy me tenga que poner de urgencia a escribir una sinopsis sobre una historia real sucedida en 1936. Y ahí ando, en el Madrid de agosto y septiembre del 36, con las Brigadas de Investigación Criminal oficiales y oficiosas que asaltan las casas de aristócratas, ex-ministros, empresarios, y se incautan de joyas, oro, plata, dinero en efectivo; las checas en las que se interroga, se tortura, se fusila a muchos de ellos; la CNT y la FAI descontroladas en su «limpieza» de facciosos; Indalecio Prieto con lágrimas en los ojos porque unos milicianos han fusilado a Melquiades Álvarez, ex-presidente del Congreso, durante unos hechos más que luctuosos en la Cárcel Modelo de Madrid; y peor aún, porque esa matanza (oops, se les fue las cosas de las manos, y esa es la clave), según él, significa una pérdida tal de legitimidad ante la comunidad internacional que supondrá la pérdida de la guerra. En fin. Qué cosas. Tener que escribir sobre esto hoy.

***

         Fijémonos en una cosa: la zanahoria, el macGuffin, la consulta.

         De celebrarse, la consulta no cambiaría nada ni para quienes están a favor de que se celebre ni para quienes están en contra.

         Así que la consulta es solo una excusa, un macGuffin, la zanahoria.

         Sirve como coartada para una disputa que, en realidad, se está llevando a cabo sobre otros asuntos y en otros términos.

         Sin embargo, este macGuffin no sirve para cambiar nada, menos aún para cambiar las cosas que el conjunto de los españoles está demandando cambiar. Es una lucha política que no supone la consecución de un cambio. Y sí nos está volviendo muy conservadores: conservadores hasta de la posibilidad de producir un cambio —porque se trata de un cambio que en realidad no sirve para cambiar las cosas.

         El problema es que esa construcción política, ese relato con macGuffin, puede írsenos de las manos.

***

         Junqueras haciendo pucheros en La Sexta.

         No puede ser.

         En cuanto las cosas se ponen «feas», se victimiza. Tengo demasiada experiencia con gente que se victimiza como para no saber que quien se victimiza suele ser un lobo. Un lobo que dice ser víctima. Hoy Junqueras ha dicho que es buena persona, de izquierdas, buen católico… No le ha faltado nada que vender sobre sí mismo. Vean la entrevista, es antológica.

         Y claro que hay muestras creíbles de que son víctimas. Pero no lo son.

         Llevan a la gente al deseo de una votación que no va a cambiar nada en sus vidas.         Empujan contra el Estado, empujan, empujan y, cuando hay consecuencias, pucheros.

         No. Tampoco compro la sobreactuación del Gobierno.

         Otro aspecto de la entrevista de Junqueras que me hace cuestionarme mucho sus palabras es que, de pronto, hoy, su discurso se llena de argumentos que no tienen nada que ver específicamente con la consulta, argumentos que extienden el campo de discusión y enmarañan todo, enturbian todo, distraen, aturrullan. De pronto no hay una querella, una sola, una cuestión en disputa, sino cientos. Es estrategia de victimización. Es como cuando te pillan en cualquier falta y tú montas un follón sacando a colación todo lo que no tiene que ver más que remotamente o ni siquiera remotamente con la falta que te sancionan. Solo que, en vez de hacerlo a gritos, Junqueras lo ha hecho entre pucheros.

         Así que no me ha gustado ni el tono de Junqueras ni el contenido manipulador de lo dicho por Junqueras.

         Y el caso es que ha empezado la violencia. Unos por otros, violencia.

         Y Pujol marcando las acciones desde detrás de Puigdemont, no por la independencia, sino para no pagar por lo que ha robado; no porque el Estado esté impidiendo la democracia en Cataluña, sino porque él y los suyos quieren salirse con la suya y quedarse con lo robado y, sobre todo —esto es muy importante—-, seguir formando parte de la clase dirigente de Cataluña. Tienen mucho en juego. Si Pujol y los suyos cayeran definitivamente, su propia gente no iba a dejar nada de ellos.

***

         Cómo se expresa el macGuffin.

         Guardiola: No se trata de la independencia de Cataluña, sino de votar. El asunto no es la independencia, sino la democracia —dice.

         Decía Hitchcock —que es el que más ha sabido acerca del uso y disfrute del macGuffin—-, que éste propicia el suspense, pero que no tiene importancia. Al final de la historia no hace falta saber qué es o en qué consiste o de qué está compuesto el macGuffin. Porque el macGuffin es aquello que moviliza a todos los actores, a todos los personajes (a todos los actores políticos), pero el macGuffin, en sí, no es nada.

         De este modo, el 1-O no significa la independencia, así que es nada, pero mientras tanto, el suspense.

         La pregunta es: ¿y el suspense, en el caso de esta cuestión, para qué sirve? ¿Quién lo promueve y porqué? El macGuffin sirve para ir negociando con el Estado. Desde su formulación (No es por la independencia, sino por la democracia) sirve para acusar al Estado de impedir la votación, sirve para acusar al Estado de prohibir la democracia. Mientras tanto, en el suspense, el macGuffin sirve para que el Estado cometa errores de los que poder acusarlo y sacar algún rédito (y los que gobiernan el país son muy propensos a cometer errores de los que ser acusados). Y, sobre todo, sirve para seguir en el poder, sirve para que pongamos nuestros esfuerzos en una cosa que es nada mientras quienes lo promueven van haciendo lo que sí es, negociando su estatus con el Estado. Se trata de seguir siendo a pesar de haber decepcionado por robar y fracasar políticamente.

         El macGuffin de la consulta es la bolita del trilero. Quién gana.

         Y, mientras tanto, nos volvemos conservadores y aplazamos todo lo que importa cambiar en el país.

22 de septiembre de 2017

         Imaginen que 1 solo de ustedes, con 1 decisión, puede poner el país entero como se está poniendo estos días. Cuánto poder se tiene, cuánto poder tiene ese 1 que dice «adelante». ¿No podría obtener lo que quisiera? Pues ese 1 yo creo que es Pujol. Dice adelante y todo el país a bailar. Recordemos una escena: un día antes de decidirse que el sustituto de Mas fuera Puigdemont, Mas y Puigdemont se reúnen con Pujol. Esto es, Pujol pide a Mas que le lleve a Puigdemont, y Mas se lo lleva, y Puigdemont va. Los tres solos en un rincón. Puigdemont era, pues, cuando se hizo cargo del puesto de Mas, aquel en el que Pujol confiaba. Luego está Junqueras, que obliga también, con la convicción de querer la independencia realmente. Pero me parece imposible separar lo que está sucediendo de lo que Pujol consiga —para sí y los suyos— gracias al órdago.

  

24 de septiembre de 2017

         Un movimiento de abajo a arriba liderado por los de arriba para quedarse arriba.

***

         En política uno nunca sabe cuál será el resultado de la fuerza que ejerce.

         «Choque de trenes», dicen, “Pujolismo-CUP versus Estado español”.

“Revuelta de abajo a arriba”, dicen otros, “un movimiento ciudadano. La calle, y ya esto no lo para nadie”.

         Me ha sorprendido esta creencia de los más independentistas de que lo que está sucediendo es una revolución, un movimiento ciudadano. Muchos lo creen firmemente.

         Para que el Pujolismo y la CUP conserven el poder es necesario que haya gente defendiéndolos en las calles. Ellos lideran eso todos los días, a cada paso, con cada querella, con cada movimiento. También el Gobierno del PP tiene su calle.

         Ambos bandos del “choque de trenes” dicen defender la democracia. Pero también es una cuestión, sobre todo, de quién manda aquí. De poder.

         Es una «guerra» que podría llegar a ser una guerra. Todo dependerá de muchos factores pero, sobre todo, de que llegue un punto en que ya no les convenga seguir y se avengan a pactar (lo decía Vicenç Navarro no hace mucho en uno de sus artículos). Una tregua.

         A pesar de las múltiples fuerzas que se aplican y con las que uno puede identificarse más o menos, incluso del todo, sigue habiendo algo que es principal: el Gobierno del PP representando al Estado (al poder económico y político del Estado) y el Gobierno de Cataluña con el Pujolismo y la CUP (representando al poder económico y político de Cataluña), que son los dos bandos que lideran el choque. Y sí, en Cataluña resulta transversal que esté la izquierda independentista y la derecha (que hasta ahora había sido un obstáculo para la independencia) en el mismo bando.

         En la contienda se producen desequilibrios de fuerzas; según sean los apoyos de los subgrupos y de grupos externos a España; según los errores de cada bando; etc. De pronto esto puede valer, al final, tanto para que la élite económica y política catalana salga reforzada en Cataluña, incluso se independice de la élite económica y política del conjunto del Estado (Independencia real, Pujol convertido en el Rey: ¿alguien piensa que si el Pujolismo-CUP gana este pulso al Estado español va a permitir que Cataluña sea gobernada por otros que no sean ellos?), como que la élite política y económica catalana actual pierda el poder en Cataluña y entre en el escenario gente nueva. Pero también es posible que, en la disputa, las fuerzas del pujolismo y la CUP se debiliten tanto que el Gobierno de España vea la oportunidad de arrasar y lo haga, fuera pujolismo y fuera independentismo de las instituciones. Incluso que el Gobierno fuerce la máquina con el plan de aplastar y quitar de en medio a esta élite política y económica de Cataluña. Una calle caliente le puede interesar tanto al pujolismo-CUP para defenderse del Estado como al Estado para deslegitimar al pujolismo-CUP.

         El caso es que cuanto antes acabe esto, mejor para todos, menos daño.

         Y mejor si es democráticamente. Unas nuevas elecciones, por ejemplo. Se pueden pactar elecciones en España y en Cataluña. Y decidimos todos. Después de habernos traído hasta aquí, que se sometan a las urnas Rajoy y el pujolismo-CUP. Lo malo de esta posibilidad es que no sería de extrañar que vencieran y aumentaran el poder tanto el PP como el Pujolismo-CUP (o el Pujolismo, o la CUP, habría que ver cuál de los dos), porque todo esto nos vuelve muy conservadores.

         Si se acaba antes de llegar a las manos, mejor que si se acaba antes de llegar a las pistolas, y si se acaba antes de llegar a las pistolas, mejor que si se acaba antes de llegar a las bombas.

         Hay que pedir que, por favor, se acabe sin muertos.

30 de septiembre de 2017

         No me hubiese importado que los españoles le plantáramos cara a la Troika por los recortes, pero ni Zapatero se atrevió ni Rajoy lo hubiese hecho jamás. Luego la cara la puso Grecia y se la partieron. Ahora se la pone Cataluña al Estado Español (al menos eso creen muchos de los que quieren votar en una votación que no está propuesta ni diseñada para ese objeto: no exactamente). Los que tienen que estar muertos de risa son los financieros que se enriquecieron con la mayor estafa de la historia, pues, así todo, parece que nadie les está poniendo límites verdaderos para que no lo puedan volver a hacer. Para eso sirve la política tantas veces, para «gestionar». Algún modo habrá de gestionarlo. Algunos quieren que los que hubiésemos estado de acuerdo con que los españoles le plantáramos cara a la Troika, ahora, estemos con ellos plantándole cara a Rajoy. Me da que no va a colar ese gato por aquella liebre. Conozco el sentimiento porque estuve allí. Y ahora, viendo lo de Cataluña, lo que me planteo es si no estaba equivocado entonces y, sobre todo, si Zapatero y Rajoy no actuaron con responsabilidad. Creo que sí, estaba equivocado. Eso de que los que roban lancen a la gente contra los otros que roban, como estamos viendo o como hubiese podido suceder entre el Gobierno de España (Psoe, PP, IBEX, Bancos, Cajas, etc.) y la Troika es una manipulación demasiado burda y deshonesta. Se las arreglen entre ellos.

Paso: Intento de celebración de la votación y cargas policiales

 

1 de octubre de 2017

         Gobierno de Rajoy, fábrica de independentistas. Hoy, en la UE, EE.UU., la ONU, ante las imágenes de violencia represiva, se harán algo más proclives a aceptar la independencia de Cataluña. //

         Es un fascismo, u otro. Tú eliges. Yo, quedarme en casa o irme de cañas.//

         Otra cosa que se puede hacer un día como hoy es follar. Follar mucho. Mucho mejor que salir a agarrar una bandera.//

         Hay 2 personas a las que hoy detesto profundamente.

Pujol.

Rajoy.//

         Error gravísimo de Rajoy. Todos los periódicos occidentales señalan la represión.//

         Iba para 1-0 y el crack de Rajoy lo convirtió en goleada.//

         Mañana este país será más conservador que ayer. Muchas gracias a la CUP.

2 de octubre de 2017

         Ahora se recrudece la presión del conmigo o contra mí de los manipuladores de libro.

***

         Yo no estoy de acuerdo con la posición totalitaria de nadie. Esta se reconoce porque solo ven lo suyo, lo que les duele a ellos, no reconocen ningún error o mala actuación por su parte, están tan henchidos de razón que no les importa hacer daño a quien los critique y no se alineen totalmente a su lado comprando y aplicando todo su argumentario. Para ellos no existe visión de las cosas salvo la suya.

3 de octubre de 2017

         Hay gente con la que no estoy de acuerdo ni cuando estoy de acuerdo. Sin embargo, hay gente con la que estoy de acuerdo hasta porque nunca lo estoy. Yo me entiendo.

***

         Me sorprendió la violencia de la policía en Barcelona. Me parecía un error político inconcebible. Incluso tratándose de un gobierno del PP. Ya sé que todo el mundo lo ve coherente y encuentra sencillo establecer una relación entre PP y fascismo y violencia policial. Para ellos, normal que se les fuera de las manos o, peor, son así de mala gente, demonios sin escrúpulos y torpes políticamente, necios. Pero, ¿de verdad son tan ingenuos, tan imbéciles, inconscientes, irresponsables? ¿Son tan cafres que las cosas les salen mal y se les van de las manos? ¿O puede haber una estrategia política detrás de la actuación del domingo? ¿Consiguió algo Rajoy el domingo?

         Qué consiguió Rajoy.

         En un primer momento, portadas señalando la violencia (es decir, señalando su política) en todos los medios de occidente. Esto le otorgó una gran victoria al pujolismo y la CUP, que al día siguiente, ayer, estaban felices. Pero, de paso, Rajoy ha conseguido llamar la atención de la comunidad internacional, de otros gobiernos, internacionalizar el conflicto político, que otros gobiernos se vean concernidos. En un primer momento, esos mandatarios han mostrado preocupación por la violencia —violencia sin muertos—, pero al día siguiente la violencia ya pasó. Y ahora esos mandatarios se preguntan por una posible solución, y esa solución no pasa por descabezar el Gobierno de España (lo cual supondría generar un cierto vacío de poder, ofrecer una victoria a los independentistas, inestabilidad que no interesa a esos mandatarios). Una vez concernidos, ¿van esos poderes a respaldar políticamente al pujolismo y a la CUP? Parece que lo más normal es que, en una segunda oleada de manifestaciones de mandatarios internacionales, Rajoy gane a Pujol, Mas, Puigdemont y la CUP (políticamente) por goleada. Podría conseguir un posicionamiento internacional a su favor.

Paso: 3 de octubre, El Rey emite un discurso poco conciliador

4 de octubre de 2017

         Autoritarismo, dicen. Hombre, es que no se puede entender el discurso del Rey sin haber leído El contrato social, de Rousseau. Algunos tienen mucho conocimiento teórico de cómo asaltar el poder desde abajo, pero parece que poco sobre cómo es el poder mismo, en sí mismo, de arriba a abajo. Mucho sobre sus males, nada sobre sus beneficios para el común. Nada sobre su complejidad ni su ambivalencia. Solo el maniqueísmo contra él.

***

         Parece que se nos escapa que el Rey no dirige sus palabras solo a nosotros los de a pie. Sus palabras también responden a Pujol, Puigdemont, Mas, Junqueras… ¿Se entiende mejor el tono ahora?

***

         Fíjense bien en el discurso de Puigdemont. Lo detiene para dirigirse al Rey directamente. Le dice «Así, no», y dos o tres frases que parecen un mensaje directo de Pujol.

                       «Así no. Con su decisión de ayer, usted decepcionó a mucha gente que le aprecia y que      le ha ayudado en momentos complicados de la institución. Gente que esperaba de usted otro           tono y una apelación al diálogo y a la concordia”.

 

7 de octubre de 2017

         Es un momento malo. Todo lo malo del país está intentando imponerse. Cataluña está sirviendo lo mismo para un roto que para un descosido.

***

         Es tal la cantidad de disparates que están circulando y tratando de imponerse que no nos va a quedar más remedio que observar cómo alguno de ellos se impone y demuestra el disparate que es.

***

         No está interesando a nadie dar una solución clara al problema. Porque es en el problema, en el disparate, en el río revuelto donde pueden obtener lo que quieren. Así que nada, a aguantar. Malos tiempos para el interés común. Buenos tiempos para las reivindicaciones parciales y contra otros.

***

         Ahora la gente sensata, me parece, las buenas personas —las que no están dispuestas a conseguir nada pasando por encima de otros—, sienten cómo su sitio se hace muy estrecho. Estorban a las aspiraciones de muchos grupos. En cuanto abren la boca, «reciben» de todos lados, incluso de aquellos con los que habían encontrado afinidad hasta antes de ayer.

***

Paso: Se producen dos maifestaciones simultáneas en Madrid

         Si los que lideran a los de la bandera de España (en Colón) sabían lo que planeaban para hoy los que han liderado salir de blanco (en Cibeles), y los que han liderado lo de salir de blanco sabían lo que planeaban para hoy los que lideran a los de la bandera de España, nos han jugado una mala pasada al conjunto y al común y al interés general fabricando una fotografía que no es la de este país sino la construcción maniquea útil para sus aspiraciones.

***

         Hoy la simbología se ha vuelto loca: el futuro es blanco, puro; España es el pasado. Ni una cosa ni la otra.

***

         En estos últimos días lo he leído en varios sitios. Es una idea muy desagradable. Dicen cosas como «Se han caído muchas caretas», o, «Ahora es cuando nos vemos las caras y sabemos lo que somos».

         Es una idea totalitaria. Trata de fijar un nuevo orden a la medida de los que la profieren. Como —ante una situación tan grave— la gente está perdida y da algún que otro bandazo y se producen fugas en todas las filas, esa idea es la antesala de «conmigo o contra mí»: mira a ver dónde te pones, si te pones ahí no eres lo que decías; si piensas eso, no estás con nosotros. No se puede defender el discurso del Rey y no ser monárquico o, peor, un verdadero facha, afecto a Rajoy y a los del aguilucho, por ejemplo. Se te ha caído la careta. Eres un traidor o estás traicionando tus ideas. Añado otro ejemplo: ¿no te gusta la bandera de España?, ¿piensas que no deberíamos salir con ella?, entonces tú no eres español, eres un antipatriota, un podemita, un rojo de los del puño cerrado o, peor aún, eres de la CUP, un independentista, un sedicioso.

         Es una idea que me persuade. No haré lo que la idea quiere que haga. O, mejor dicho, no haré lo que la persona (el grupo que la profiere) pretende que haga, y tampoco me iré al extremo contrario, porque ambas cosas les vienen bien.

***

         Es que Parlem/Hablemos dicho de la gente a la gente está muy bien, y yo estoy completamente de acuerdo con la buena voluntad, pero dicho de la gente al Gobierno-elRey y Pujol-Mas-Puigdemont-Junqueras, me parece que no, porque ese es el lema con el que el pujolismo extorsiona; es lo que esperaba el pujolismo que el Rey dijera en su discurso. Ni el Gobierno ni el Rey se lo han dicho y va una parte de los españoles y dice en la calle, vestidos de blanco, lo mismo que quiere Pujol que se le diga desde el Gobierno y la Casa Real (mediando en una negociación en la que no sabemos qué se está poniendo sobre la mesa, porque una cosa son los relatos políticos y otra muy distinta los objetivos políticos, y más los objetivos de quienes plantean el problema, Pujol-Mas-Puigdemont-Junqueras, que me parece que no sabemos cuáles son realmente). En resumidas cuentas, el lema (introducido en este momento en medio del conflicto) no es conciliador, exactamente, porque se trata, con el interés de Podemos al fondo, de una manera de desgastar al Gobierno y al Rey y de ayudar a Pujol-Mas-Puigdemont-Junqueras. Decírselo a la gente de Cataluña sí, Parlem/Hablemos, todos los días toda la vida desde siempre siempre.

9 de octubre de 2017

         Con lo útil que es tener un enemigo exterior… Por qué los de España son siempre interiores.

         Y mientras tanto, a robar…

         Aunque no es que necesariamente no se robe cuando el enemigo es exterior.

***

         Si el Gobierno del PP es una fábrica de hacer independentistas, Pujol-Mas-Puigdemont-Junqueras son una fábrica de hacer españolistas (y fascistas). ¿O no?

***

         Me entristece mucho observar al que siempre encuentra fácil que el único culpable es el otro.

         Supongo que así es todo tan sencillo…

         Al principio. Porque en adelante siempre hay un momento en el que no resulta tan fácil echar las culpas fuera. Y la culpa alcanza.

10 de octubre de 2017

         Leo a los independentistas de toda la vida: están satisfechos de que se haya visto la verdadera cara de España, una España oscura, retrógrada, fascista, represora, inhumana.

Es, desde luego, un sueño autorrealizado. Lo viven desde un análisis maniqueo tan básico que no puede sino estar muy alejado de la realidad. Como si no se dieran cuenta de que eso que ha aparecido no es que estuviera oculto, no exactamente: eso existe en la medida que ellos actúan. Esa España fea es la que ellos, también (al menos tanto como el PP) hacen y conforman.

         Además, es una curiosa forma de proyectarse: años pensando que España era ese fascismo que ahora encuentran (aunque no lo pareciera), convencidos de que lo que había ahí delante eran fascistas con careta de demócratas, pero que el fascismo aparecería en cuanto se diera algún paso hacia la independencia, y ahora felices y satisfechos porque es como pensaban. Han acertado. Estaban en lo cierto.

         Pero cómo es eso de que España «es» aunque no parezca, y, sin embargo, contradictoriamente, ahora sí sea lo que parece. Más bien al contrario: ni España era lo que decían que se ocultaba, porque también era lo que se veía, ni es lo que ahora aparece y parece, en absoluto.

         Ellos mismos aplican una fuerza y se produce una modificación, pero en absoluto se sienten responsables de esta.

***

         Cataluña, que ha sido un gran motor editorial del español en el mundo (y por eso, entre otras cosas, la queremos), podría quedar reducida a gran motor editorial del catalán en Cataluña. Son los efectos distorsionadores de la política cuando se aplica la lógica del terruño.

***

         ¿Si odiar lo catalán es catalanofobia, odiar lo español es hispanofobia? Y cómo lo llamamos cuando quien odia lo español es el de izquierdas, el progresista. ¿No es hispanofobia cuando la fobia proviene de alguien de izquierdas por oposición a quienes instrumentalizan la bandera de España en su beneficio? ¿Es la hispanofobia de la progresía española solo una reacción ante quienes instrumentalizan el sentimiento patriótico desde hace demasiado tiempo, la derecha y la extrema derecha? ¿O hay algo más? El antiespañolismo tan propio de muchos españoles ¿no proviene de la leyenda negra, tal como afirma Elvira Roca Barea? Y, si el antiespañolismo se gesta como ella dice, ¿no es una idea que hay que combatir, cuestionar, poner en su sitio?

10 de octubre de 2017

         ¿Será sí pero no, o será no pero sí?

         Tic tac tic tac

Paso: Discurso de Puigdemont, declara la independencia y la anula

         Pues parece que ha ha ganado el sí pero no.

         O no, ha ganado el no pero sí que sí.

         Mar de dudas. Ha ganado la duda. La ambigüedad. Maestros.

         El caso es que no es ni sí ni no. Y eso es lo de siempre. Lo previsible.

***

         Ahora toca la mofa histérica de los que se habían asustado y aprovechan para denigrar un poco a los catalanes, a Puidemont, etc. (además sin distinguir mucho). Qué necesidad hay de eso. Ninguna. Merecen que todo se aplace para volver. Que es lo que sucede.

11 de octubre de 2017

         Hoy he “perdido” por aquí a varios independentistas. Nótese que no es lo que yo haya podido decir lo que merezca su deserción, sino la frustración porque, una vez más, el pujolismo marca los pasos, y los pasos no son hacia la independencia. Dando un paso definitivo no hay posibilidad de extorsión. «Junts pel Sí» es más bien «Junts pel Sí pero No». El nombre eslogan parece hecho a medida de la engañifa a los independentistas y a la CUP, para llevarlos debajo del ala y, si fuera el caso, poder absorberlos. No me bloqueen a mí, o sí, eso da igual: las quejas, mejor a Pujol. Son demasiados años de políticas de Pujol como para uno no darse cuenta de que las maneras de todo esto son las suyas.

***

         Cuando el diálogo es una trampa.

         Quien fuerza el diálogo, gana.

         Quien se aviene a dialogar es porque no le queda más remedio. Pierde. Tendrá que ceder en lo que no estaba escrito.

         Dialogar como solución y como trampa y como tablas —empate—, por ahora.

         Forzar el diálogo es hacer fuerza.

         Ambas partes quieren forzar el diálogo. Pero un paso en falso puede significar tener que dialogar y tener que hacerlo en desventaja, perder.

         Si no se cede realmente, si solo se juega la carta de forzar el diálogo, y este no acaba de forzarse, planea el peligro.

Paso: discurso de Rajoy en el Congreso

         Es extraño que Rajoy no ponga el nombre de Pujol en la agenda. Y que no lo pongan los medios de comunicación ni el resto de los partidos. Creo que ayer algún periodista lo mencionó en un programa de televisión y dijo algo así como que «todos sabemos» que Pujol «está». Si Pujol está al otro lado (y que lo está parece bastante evidente porque las formas son las suyas), el periodismo tiene que investigar y decir cómo, pretendiendo qué, participando hasta qué punto; preguntarse porqué Rajoy evita meterlo en el debate, qué clase de deslealtad con Pujol sería por su parte si lo hiciera. Por qué los medios se cuidan de meterlo. Se supone que es alguien que se encuentra encausado por graves delitos, él y toda su familia, y con mucho dinero en paraísos fiscales. ¿Puede alguien en esa situación decidir los pasos del President de la Generalitat?

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