Referéndum, El Raval,

24 horas para el referéndum

La vida continúa al menos a tres niveles diferentes en la ciudad, de vez en cuando se entrecruzan. Por un lado, todo parece seguir igual para los residentes: van al trabajo, las terrazas están llenas, los transportes funcionan. Si nadie abre la boca para hablar del referéndum —y no se da mucho en la calle— parecería que el próximo domingo va a ser uno más. Sin embargo, las noticias se suceden de forma cada vez más acelerada: la Generalitat presenta urnas baratas y parece que con suficientes garantías para ejercer el voto; la Agencia Estatal de protección de datos advierte de que puede haber multas astronómicas para los miembros de las mesas; los payeses han sacado sus tractores a la calle en defensa del referéndum, un instituto designado como colegio electoral ha sido tomado, algunos padres dicen que se encerrarán con sus hijos en los colegios; y así se van sumando acontecimientos que cada vez encabronan más a la ciudadanía, sean independentistas o no.

***

Ariana viene de vuelta de misa de 12 en la iglesia de Los Antolinos de Santaló, en Sant Gervasi, con su bebé de tres meses. Como abogada comenta que este proceso, en el que han metido unos cuantos a todos los catalanes, no tiene ni pies ni cabeza, es un disparate, no es acorde a derecho.

—Yo no soy independentista, pero tengo amigos que lo son, totalmente convencidos. Estoy a favor de que podamos votar, pero así no. Me parece una tomadura de pelo que la presidenta del Parlament, súper independentista, haya actuado como lo hizo; imponiendo su criterio y dándole igual lo que piensen los demás.

Todo el mundo en esta ciudad parece dispuesto a hablar, con un posicionamiento u otro. Hasta el momento, la convivencia entre los partidarios de diferentes opciones políticas ha sido de respeto mutuo. Ariana, sin embargo, confiesa tener algo de miedo, cree que el 1-O va a haber enfrentamientos violentos, al menos entre la policía y los más radicales de los partidarios del referéndum.

—Es que los independentistas se quejan de que esto se parece a la dictadura de Franco y, sin embargo, son ellos los que están actuando como dictadores. No puedes decir que no eres independentista, tienes que estar a favor e ir a votar. Y son ellos los que han hecho la pantomima de aprobar una ley sin dar opción de enmienda a otros grupos políticos…, su argumento es: esta ley no me gusta, no me representa, así que me invento otra… Eso es una vergüenza.

Ariana se quedará el domingo en casa, ni siquiera piensa salir a la calle. No parece un buen principio para el nacimiento de una nueva república.

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Marcel dice que en realidad se llama Zahir, pero todo el mundo lo conoce como Marcel, después de 27 años en Cataluña. Esta madrugada a las tres ya estaba en Mercabarna, donde realiza operaciones de importación de pescado y marisco desde Canarias, Marruecos y distintos puntos de la Península. Habla con cierta tristeza sobre los acontecimientos. Por un lado, porque no entiende cómo se ha llegado a este punto. Y por otro, por el descubrimiento de que, según se acerca la fecha del 1-O, se ve cada vez más enfrentamiento y más radicalizado entre quienes antes eran compañeros de trabajo y amigos.

—Yo llegué de Túnez hace muchos años y siempre he pensado que este país es de gente muy inteligente, culta y educada… En realidad son muy trabajadores y también conservadores, así que no puedo entender cómo se ha llegado a este momento.

Esta misma mañana, con la noticia de los payeses sacando los tractores a las calles de Barcelona, las posiciones se radicalizaron aún más en el mercado. Antes solo se discutía por el fútbol, ahora todo es el referéndum y, por supuesto, las discusiones no son tan inocuas. Tuvo que dejar de trabajar porque era imposible hacerlo con normalidad.

—Lo triste es que hay algunos que quieren que la Guardia Civil entre con mala leche… gente con la que antes te reías todos los días, ahora los tienes enfrente, radicalizados en una posición u otra. No lo entiendo.

Su pronóstico para el 1-O coincide con el de casi todo el mundo. Nadie sabe si se podrá votar o no, pero hay consenso en que todos saldrán a la calle de uñas, habrá enfrentamiento. Marcel cuenta que esta mañana ha presenciado como los Mossos d’ Esquadra detenían a varios individuos pertenecientes a grupos radicales venidos de otros puntos de Europa.

—Yo hablo catalán, español, árabe y francés. Me siento catalán, español y tunecino. Me siento agradecido por poder vivir en esta país, donde ha nacido mi hijo, que es catalán; pero tengo que decir que esto es una locura que no va a traer nada bueno.

***

El colegio Collaso i Gil del barrio de El Raval ya tenía su fama: Colau lo eligió para presentar su partido y hasta se han rodado allí películas. Dicen los vecinos que el interior es bonito y esperan que también sea confortable para la treintena de personas que pretende quedarse allí hasta el domingo.

A las 5 de la tarde, a la vez que salían los niños, algunos vecinos decidieron entrar. La directora decidió trancar las puertas y el grupo quedó encerrado. Alguien llamó a los los Mossos d’Esquadra, pero éstos se limitaron a contemplar la escena desde una distancia prudencial.

Así que nadie sabía bien si el encierro era voluntario o forzado. Los vecinos, miembros del comité de defensa del referéndum Gòtic-Raval, contaban a través de las rejas que la directora había cometido una ilegalidad, porque a esa hora la Generalitat le había retirado la autoridad sobre el centro; pero que, de cualquier forma, su intención era encerrarse en el colegio hasta el domingo. Puede que la directora cometiera un delito y a la vez les hiciera un favor.

En poco tiempo apareció una furgoneta con agua y alimentos para los encerrados, justo cuando acababan una asamblea improvisada bajo el porche de la entrada. Luego se acercaron a la multitud que permanecía atenta en el exterior y juntos corearon en catalán Las calles serán siempre nuestras. Después llegaron escaleras, una para el exterior y otra para el interior de la verja del centro. Así que ya podía entrar y salir quien quisiera.

Vecinos encerrados en el colegio

La escena era curiosa. En el exterior cada vez llegaban más fotógrafos y equipos de televisión. Algunos de ellos se encaramaron a la verja para hacer sus tomas, y otros periodistas realizaban entrevistas a través de las barras de acero —como nosotros— a los vecinos. En realidad hubiera sido más fácil entrar y hacer allí el trabajo, o que ellos salieran y volvieran a entrar; pero nadie parecía saber muy bien qué era legal y qué no, ni cuál era el papel de los mossos allí presentes.

Lo único cierto es que, según las advertencias del gobierno, el domingo a las 6 de la mañana no podrá haber nadie allí.

Vecinos colocando pasquines del comité de defenas del referéndum en la verja del colegio.

***

A Leandro le gustaría trabajar en su bar durante el día, solo por el gusto de compartir con sus vecinos como antes, pero el barrio ya no es el mismo, ahora se ha convertido en una especie de ciudad dormitorio, donde ni siquiera se ven niños jugando en la calle.

—El verdadero problema no es la independencia sí o no, sino que tanto CiU [PdCAT] como PP necesitaban montar un fuego en algún lado para desviar la atención de su corrupción. Lo que no se esperaban era que la izquierda independentista subiera tanto y que la gente saliera a la calle. Y te digo, si al PdCat le hubieran concedido más independencia fiscal, la independencia se las traería floja.

Su bar, el Makinavaja, está a apenas a treinta metros del colegio Collaso i Gil, en el carrer de Carretes. Bajo el cartel de su fachada se lee Un tributo al maestro Ivà, creador del personaje de historietas, el último choriso, medio delincuente y medio justiciero. Solo podía estar ubicado en este barrio del Raval de gente trabajadora y víctima de la especulación y el olvido.

—Ya no se habla de los verdaderos problemas de este país, de la gente que tiene que pagar 800€ por el alquiler de una mierda de piso en este barrio, que ni siquiera puede acercarse a Las Ramblas a tomarse una cerveza porque te cobran 14€… Han conseguido que, con tanta manipulación por ambas partes, la gente se olvide de lo importante y han creado mucho odio. Porque aquí no ha existido nunca ese problema. Te lo dice alguien que no es independentista y que va votar en blanco, de madre de Madrid y padre de Zamora. Pero ahora esto es algo que solo podemos vencer con educación, no con las pistolas o dando un golpe sobre la mesa.

El Makinavaja comienza a llenarse, es viernes noche y es de buena práctica democrática salir a tomar unas cervezas. Hago la última pregunta a Leandro para dejar que atienda su clientela.

—¿Qué pasará el 2-O?

—Creo que se va a crear una gran cicatriz que necesitará tiempo para curar, otra más en nuestra historia, como la de la Guerra Civil… que aún no ha cerrado las suyas, porque, como decía el Evaristo, de la Polla Records, somos los nietos de los obreros que no pudisteis matar.

***

Por las calles de El Raval se escucha tanto árabe como castellano y catalán. Pero en las Ramblas, el Barrio Gótico o la Barceloneta casi se escucha más inglés. Infinidad de grupos de japoneses y alemanes recorren las avenidas y las plazas conducidos por un guía con una banderita para que no se pierdan. Palos de selfie en alto, cámaras de foto y vídeo. Aunque, a pesar de algunos acontecimientos aislados, todo parece seguir igual para los barceloneses, da la impresión de que estos visitantes son los únicos que tienen medianamente claro hacia dónde van, solo tienen que seguir la bandera y no entretenerse inmortalizando monumentos, calles, edificios o personajes curiosos. Son los únicos que, en unos días o semanas, se marcharán seguro.

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